Lunes I de Adviento
Vendrán muchos de oriente y occidente al reino de los cielos Mt 8, 5-11 Dios mío, estoy contento porque Tú me amas, no obstante mi indignidad, porque te amo, no obstante mi miseria: porque alguna vez, no obstante mi nada, puedo hacer que te amen; porque puedo sufrir algo por tu amor. Dios mío, estoy contento porque eres mi consuelo en las angustias de mi corazón; porque Tú eres mi luz en las oscuridades de mi camino; porque Tú eres mi riqueza en mi pobreza; porque si me has quitado mucho, me has dejado todavía mucho más. Dios mío, estoy contento porque Tú eres la Belleza, la Bondad, la Verdad resplandeciente de la que mi alma está sedienta; porque Tú eres la eterna felicidad de aquellos que he perdido; porque creo que los he de ver y gozar en los esplendores de la vida eterna. san Carlos de Foucauld, 1858-1916