Viernes III del Tiempo Ordinario
Un hombre echa semilla y duerme, y la semilla va creciendo sin que él sepa cómo
Mc 4, 26-34
A nosotros/as nos toca reconocer las señales esperanzadoras de que dicho crecimiento es imparable. La cuestión es: ¿Qué podemos entender como señales del reino a nuestro alrededor?
¿Somos capaces de verlas más allá de las puertas de nuestras iglesias?
pastora Lidia Rodríguez Fernández, IEE
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