Sábados XXVII del Tiempo Ordinario
Bienaventurado el vientre que te llevó.
Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios
Lc 11, 27-28
El teólogo ha de ser el primer siervo del logos, de la palabra, y no son sus ideas las que hay que traducir a los hombres de hoy sino la palabra de Dios.
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