Sábado XXIX del Tiempo Ordinario
Si no os convertís, todos pereceréis lo mismo
Lc 13, 1-9
Siendo joven, me preguntaba a veces: ¿Amo a la Iglesia? ¿Cómo se crece en el amor a la Iglesia?
No me resultaba fácil responder, porque me habían enseñado que la prioridad es, ciertamente,
el amor a Jesús.
el amor a Jesús.
Creo que la experiencia enseña que comenzamos a amar a la Iglesia cuando oramos por ella, cuando invertimos en ella mucho de nuestra vida, de nuestro tiempo.
Entonces descubrimos que nada de cuanto concierne a la Iglesia nos deja indiferentes, porque nos hemos zambullido en ella, es más, nos hemos identificado con ella.
Carlo Mª Martini, 1927-2012


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