Martes XXVII del Tiempo Ordinario
Marta lo recibió en su casa.
María ha escogido la parte mejor
Lc 10, 38-42
Alabar a Dios por la vida que nos ha dado, por todo nuestro ser, por lo que somos. Esta alabanza resulta pobre y balbuciente en ocasiones. Pero no se trata de presentarnos ante Dios como personas perfectas, sino de presentarle, día tras día, nuestro ser tal como es.
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