XVIII Domingo del Tiempo Ordinario
-Icono: Parábola del agricultor rico de Nikola Sarić-
En aquel tiempo, uno de la gente le dijo: «Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo». Él le respondió: «¡Hombre!, ¿quién me ha constituido juez o repartidor entre vosotros?». Y les dijo: «Mirad y guardaos de toda codicia, porque, aun en la abundancia, la vida de uno no está asegurada por sus bienes».
Les dijo una parábola: «Los campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto; y pensaba entre sí, diciendo: ‘¿Qué haré, pues no tengo donde reunir mi cosecha?’. Y dijo: ‘Voy a hacer esto: Voy a demoler mis graneros, edificaré otros más grandes y reuniré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años. Descansa, come, bebe, banquetea’. Pero Dios le dijo: ‘¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para quién serán?’. Así es el que atesora riquezas para sí, y no se enriquece en orden a Dios»
Lc 12, 13-21
El hombre de la parábola y el hombre que le pide a Jesús que le ayude con su herencia no comprenden que deben centrarse en el reino de Dios. Por eso Jesús llama “necio” al hombre de la parábola y le avisa que le exigirán la vida, le pedirán su alma. Algo le sucederá que arruinará su acumulación de riquezas y excedentes. ¡Esta es una dura lección para nosotros/as! Aunque no tengamos la misma riqueza que este hombre, todos tenemos posesiones y nos cuesta decidir cuánto conservar y por cuánto tiempo. A medida que vivimos más, el costo de proveer para nosotros/as mismos/as y nuestras familias, y de no querer ser una carga para los demás, ha aumentado dramáticamente. Queremos la seguridad de que tendremos lo suficiente para sobrevivir e incluso prosperar. Pero el reino de Dios, con Jesús como presencia mediadora y orientadora, nos llama a otro lugar. La ética de Jesús y del reino de Dios se trata de interdependencia, mutualidad y cooperación; no de ganancias personales ilimitadas. El reino de Dios colectiviza nuestras preocupaciones personales de supervivencia y prosperidad para que nadie se quede atrás.
Feliz domingo
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