Martes XXI del Tiempo Ordinario
Esto es lo que habría que practicar, aunque sin descuidar aquello
Mt 23, 23-26
La comunidad cristiana no es un sanatorio espiritual. Refugiarse en ella huyendo de sí mismos es convertirla en un lugar de parloteo y distracción, incluso bajo la apariencia de una elevada espiritualidad. Porque en realidad no se busca la comunidad sino la embriaguez que permita olvidar por un buen tiempo la propia soledad todavía más mortal. Tales tentativas tienen como resultado la anulación de la Palabra de Dios y de toda experiencia autentica, y provocan la resignación y la muerte espiritual.
Dietrich Bonhoeffer, mártir; 1906-1945
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