Sábado XV del Tiempo Ordinario
Les mandó que no lo descubrieran. Así se cumplió lo dicho por el profeta
Mt 12, 14-21
Compartir es muy bello y muy humano,
compartir generosa, amablemente;
compartir el fuego ardiente
con el que sin calor vive alejado.
Compartir con el hombre, que es tu hermano,
tu vestido y tu pan tierno y caliente;
compartir tu amistad alegremente
pues todos necesitan de tu mano.
Que los otros se sientan más dichosos,
que ayuda con impulsos generosos
el tener una mano siempre amiga.
¿Sabes tú quién mandó tener cuidado
del pobre, del que sufre o se fatiga?
¡Un maestro inmortal! ¡Dios humanado!
María Teresa de la Inmaculada Reyero
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