Sábado II de Cuaresma
Este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido
Lc 15, 1-3. 11-32
¿En quién confiaré?
Ni en la suerte
ni en el destino...
Ni en los éxitos
ni en los fracasos...
Ni en el poder de la técnica
ni en la seducción de lo fácil.
Siento que mi terreno no es firme
y que muchas cosas son fragmentarias
e inseguras.
Pero sé que, en ti,
Dios del perdón y de la vida renovada,
puedo confiar.
Sé pocas cosas, pero sé
en quien he puesto mi confianza.
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