Jueves XXXII del Tiempo Ordinario
El reino de Dios está en medio de vosotros
Lc 17, 20-25
La justicia es el deseo constante y perpetuo de dar a cada uno lo que le corresponde.
Emperador Justiniano, confesor; 527-565
¡Oh, Dios mío!, no sé lo que debe ocurrirme hoy; lo ignoro completamente; pero sé con total certeza que nada podrá ocurrirme que Tú no lo hayas previsto, regulado y ordenado desde toda la eternidad, y esto me basta. Adoro tus designios impenetrables y eternos, y me someto a ellos de todo corazón. Todo lo quiero, todo lo acepto, y uno mi sacrificio al de Jesucristo, mi divino Salvador. En su nombre y por sus méritos infinitos te pido la paciencia en mis penas, y una sumisión perfecta y entera a todo lo que me suceda, según tu beneplácito.
Amén.
José María Pignatelli, 1737-1811
(san José Pignatelli, sj)
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