Jueves XXXI del Tiempo Ordinario

 

Habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta
Lc 15, 1-10

    La renovación que necesita hoy la Iglesia no llegará por vía institucional, sino por caminos del Espíritu. Ciertamente, no es posible marcarle los caminos al Espíritu, pero si podemos crear un clima que favorezca nuestra docilidad a su acción. El contacto vital con Jesús y la interiorización de su proyecto del reino propician ya ese clima. Pero, al mismo tiempo, hemos de preocuparnos de abrir cauces a la acción profética del pueblo de Dios.


A cuantos como John Christian Frederick Heyer, Bartholomaeus Ziegenbalg,
Ludwig Ingwer Nommensen, misioneros;
que han dado su vida por acercar el Evangelio a los demás.


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