Miércoles XXX del Tiempo Ordinario

 

Vendrán de oriente y occidente, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios
Lc 13, 22-30

    Vengo ante ti, Jesús, con toda la pobreza de mi alma, y con mi corazón hecho jirones de tanto sufrimiento; sin embargo, mi confianza eres Tú.
    En ti he aprendido a bucear en el Agua Viva de tu Corazón, a no quejarme nunca de tus planes, a vivir siempre esperanzado.
    Vengo ante ti, Jesús, con una confianza ardiente de que Tú nunca me dejas, que siempre caminas a mi lado y me llevas, una y otra vez, por los senderos más hermosos de tu Corazón.



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