Martes XXVIII del Tiempo Ordinario

 

Dad más bien en limosna lo que tenéis, y así todas las cosas serán puras para vosotros
Lc 11, 37-41

No puedo yo entender cómo haya ni puede haber humildad sin amor, ni amor sin humildad, ni es posible estar estas dos virtudes sin gran desasimiento de todo lo creado.
La verdadera humildad está mucho en estar muy pronto en contentarse con lo que el Señor quiera hacer de ellos, y siempre hallarse indignos de llamarse sus siervos.

Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada, 1515-1582
(santa Teresa de Ávila)



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