Jueves XXVIII del Tiempo Ordinario
Se les pedirá cuenta de las sangre de los profetas
Lc 11, 47-54
Soy trigo de Dios, y he de ser molido por los dientes de las fieras, para llegar a ser pan limpio de Cristo. Voy en pos de aquel que murió por nosotros: voy en pos de aquel que resucitó por nosotros. Estas dos virtudes son el principio y el fin de la vida: la fe es el principio y el amor es el fin. Se educa mucho con aquello que se dice, pero más con aquello que se hace, y mucho más con aquello que se es.
san Ignacio de Antioquía, 68-107/108
- Imagen superior: Los Mártires de la Abadía de Westminster -
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