En aquel tiempo, Juan le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y no viene con nosotros y tratamos de impedírselo porque no venía con nosotros». Pero Jesús dijo: «No se lo impidáis, pues no hay nadie que obre un milagro invocando mi nombre y que luego sea capaz de hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros, está por nosotros. Todo aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, os aseguro que no perderá su recompensa.
»Y al que escandalice a uno de estos pequeños que creen, mejor le es que le pongan al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y que le echen al mar. Y si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela. Más vale que entres manco en la Vida que, con las dos manos, ir a la gehenna, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo. Más vale que entres cojo en la Vida que, con los dos pies, ser arrojado a la gehenna. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo. Más vale que entres con un solo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga»
Mc 9, 38-43. 45. 47-48
Al reflexionar sobre estos versículos, viene a mi mente la tendencia a crear o a fomentar divisiones entre los miembros del pueblo de Dios que los seres humanos a veces manifestamos. Viene a mi mente la soberbia que puede llevarnos a considerar que otros hermanos y hermanas en Cristo no tienen la misma autoridad. El reino de Dios predicado por Jesús es una comunidad donde predominan la justicia, la equidad, el amor, la solidaridad, la paz, la armonía, la unidad, la compasión y la tolerancia. Juan aprende aquí de Jesús la importancia de dejar a un lado la soberbia de creerse parte de un grupo con la autoridad/exclusividad de usar y ministrar en el nombre de Jesús. Esta es una lección que también vale para hoy y que nos invita a vernos los unos a los otros como consiervos y consiervas, pues todos y todas servimos y proclamamos a un solo Cristo quien nos da autoridad, poder, fortaleza y sabiduría para llevar a cabo nuestro trabajo en la obra de Dios.
Dadles vosotros de comer Mt 14, 13-21 El pobre será juzgado según el uso que haya hecho de vuestra limosna, y vosotros...vosotros seréis juzgados por la limosna que habríais podido dar y que no disteis. Juan Bautista María Vianney, 1786-1859 (santo Cura de Ars) A mis hermanos y hermanas sacerdotes de todas las confesiones cristianas.
Que gozo da cuando una pequeña obra en numero de paginas esconde un contenido tan grande y profundo. Esto es lo que el diacono Rubén, IERE; ha conseguido al plasmar en 96 pagina su celo por la predicación y la necesidad de que esta sea con contenido y que este contenido sea fruto del trato diario con la Palabra de la presencia de Dios en la vida de cada uno. Es un libro valiente. No solo porque a los curas no somos buenos receptores de consejos de este tipo (en ocasiones somos algo subiditos con respecto a nuestra forma de predicar) sino que incluye en la responsabilidad que todo bautizado tiene en lo concerniente de dar testimonio de su Fe. Citando al autor nos deja claro que "Todos poseemos vocación para algo, talentos innatos y, según sea cada caso, el llamado para ejercer un determinado ministerio dentro de la Iglesia. Esa llamada interior es la vocación. Esa llamada interior es el impulso innato que nos dirige hacia una determinada act...
La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío Jn 20, 19-23 La parroquia católica romana de Cristo Rey y en su nombre su párroco Samuel han convocado, en el marco de la semana de preparación al domingo de su titular, a las confesiones cristianas que peregrinamos en Zaragoza a una oración por la paz. Os esperamos.
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