Viernes XXV del Tiempo Ordinario
¿Quién dice la gente que soy yo?
Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Lc 9, 18-22
Hay preguntas que nos asustan y no debemos callarnos.
Hay interrogaciones que buscan en nosotros no solo las informaciones, más serias o más triviales, que estamos dispuestos educadamente a dar, sino también aquella concreta verdad que nos cuesta reconocer.
Hay cuestiones dirigidas a ese campo interior hecho de silencios, requerimientos, cansancios, expectativas rotas, fracasos, frustraciones, infelicidades, sueños que se apagaron sin dar lugar a otros sueños.
Ayúdanos, Señor, a darnos cuenta de la importancia de las preguntas que nos conmueven, en vez de convertirnos en escapistas profesionales.
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