Miércoles XXV del Tiempo Ordinario
Los envió a proclamar el reino de Dios y a curar a los enfermos
Lc 9, 1-6
Hijo, atiende a tu negocio, trabaja fielmente en mi viña, que yo seré tu galardón.
Escribe, lee, canta, suspira, calla, ora, sufre lo adverso; digna es la vida eterna de todas estas cosas y de mayores luchas.
Vendrá la paz un día que el Señor sabe, el cual no se compondrá de día y noche como en esta vida temporal, sino de luz perpetua, claridad infinita, paz firme, descanso seguro.
Porque la muerte estará destruida y la salud será indeficiente; ninguna congoja habrá ya sino bienaventurada alegría, compañía dulce y hermosa.
Tomás de Kempis, 1380-1471
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