Lunes XXV del Tiempo Ordinario
La lámpara se pone en el candelero para que los que entren vean la luz
Lc 8, 16-18
La vocación no es una garantía.
Es, más bien, la respuesta convencida a una llamada intuida, una decisión que se tendrá que ir asegurando en la forja del tiempo, con mucha voluntad, mucha ayuda y mucha honestidad.
Eso sí, no es que pases toda la vida con ese resquicio de incertidumbre.
Llega un día en que comprendes, sin saber muy bien cómo, que la intuición se ha convertido en certidumbre: "Al fin sé quien soy. Y estoy en casa".
Jose Mª Rodriguez Olaizola, SJ
A mi hermano en el ministerio, Nando, CP;
en el XVIII aniversario de su profesión perpetua.
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