Jueves XXV del Tiempo Ordinario

 

Buscaba verle
Lc 9, 7-9

¡Tenme siempre a tu puerta, esperando tu deseo;
déjame ir por tu reino, atento a tu llamada;
no permitas que me hunda y me pierda en la sima de la languidez;
que mi vida malbaratadora se gaste y se haga harapos!
¡No dejes que me coja la duda, ese polvo de la distracción;
no dejes que me disperse por los caminos, con afán de muchas cosas;
que baje mi corazón a muchos yugos!
¡Haz que mi cabeza se yerga con el valor y el orgullo de servirte!

Rabindranath Tagore, 1861-1941




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