Sábado XV del Tiempo Ordinario

 


Los curó a todos
Mt 12, 14-21

Señor, aquí te nombro y te proclamo,
detenido en el tiempo y la distancia
en este surco de mi vida abierto,
redimido en el fuego de tu gracia.
Señor, mi corazón aquí te canta
con la voz de mi espíritu y mi cuerpo,
herido de la ausencia y la nostalgia,
en la espera gozosa del encuentro.
Señor, aquí te alabo con mi vida,
anhelando tu vista y tu figura,
y encendido en la llama de tus ojos,
contemplar de tu rostro la hermosura.
Señor, quiero llegar hasta tu cielo,
en vuelo vertical a las estrellas,
quedarme entre tus brazos dulcemente
y gozar de tu luz y tu presencia.

Juan Cuesta Poza




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