Martes XVII del Tiempo Ordinario
Lo mismo que se arranca la cizaña y se echa al fuego, así será al final de los tiempos
Mt 13, 36-43
Hijo, mantente firme y espera en mí. El testimonio de los hombres muchas veces engaña.
Mi juicio es verdadero, firme y no puede torcer; nunca yerra ni puede errar.
A mí, pues, has de recurrir en cualquier juicio,
porque el justo no se turbará por cosas que Dios envíe sobre él.
porque el justo no se turbará por cosas que Dios envíe sobre él.
Y si alguna palabra fuere dicha contra él injustamente, no se inquietará por ello.
Yo no juzgo según el exterior y la apariencia humana.
Tomás de Kempis, 1380-1471
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