Lunes XV del Tiempo Ordinario

 

No he venido a sembrar paz, sino espada
Mt 10, 34 - 11, 1

Quiero proponer un brindis:

Por Dios, que está en todas partes. En las calles y en las plazas, en las encrucijadas de los caminos y en las puertas de las ciudades. En las joyas de las mujeres hermosas y en las blasfemias de los hombres. En los campanarios, en los claustros, en los sermones de los curas y en las oraciones de los niños. En las sentencias de los jueces. Y en el miedo. Y en las manos de los artistas. En el nacimiento y en el abandono de los niños. Entre las sábanas de los moribundos en las camas de los hospitales y en el patíbulo de los ajusticiados. En las súplicas de los pobres y en la caridad de los ricos. En el silencio de la noche y en el sonido de las campanas y de los órganos.

Hombres y mujeres, todo se hace en su nombre y por su voluntad. Nada de lo humano le es ajeno. Nada de lo divino le es extraño. Todo es Dios.

En ‘La Peste
de Alberto Rodríguez y Rafael Cobos.



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