Domingo de Pentecostés
Cuando venga el Paráclito, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo.
Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará.
Jn 15, 26-27; 16, 12-15
Confía en que el fuego del Espíritu Santo arda en ti, en el fuego del amor, el fuego de la vida, la ilusión y la fuerza. Cuida ese fuego que hay en ti para que no se apague. Deja que el fuego de tu horno arda para que todo este templado en ti, purificado y renovado, para que todo en tu interior se impregne del amor de Dios. Cuando vigilas y preservas el fuego que hay en ti, también otros pueden calentarse en tu fuego. Sus ojos comienzan a alumbrar, y en ellos brilla una vida nueva.
Fco. Javier Izquierdo de la Rosa en Vía Lucís.
Anástasis nº 13, pag 54
Feliz domingo de Pentecostés ¡ALELUYA, ALELUYA!
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