Viernes III de Pascua

 

Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida
Jn 6, 52-59

Soy como Pablo, Señor Jesús.
Te he perseguido, indiferente a tu Palabra...
Te cambié por ídolos cómodos.
Pero tú no te rindes conmigo.
Me miras y me ves desde el amor que eres.
Y me llamas a un futuro diferente, donde el pasado ya no me define, sino tu compañía.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Va de libros

Música para el domingo de Pentecostés

Orar por los difuntos...