Lunes III de Pascua
Trabajad no por el alimento que perece, sino por el que perdura para la vida eterna
Jn 6, 22-29
No sé decir palabras bonitas, Señor.
Pero siento que aquellos que amo serían más felices si te conocieran mejor.
Guía mis gestos.
Inspírame las palabras, para que pueda ser un testigo creíble de ti y de tu ternura.
Y muchos podrán despertar a la belleza de tu luz.
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