Sábado V del Tiempo Ordinario

 

La gente comió hasta quedar saciada
Mc 8, 1-10

    Necesitamos una fuerza nueva para leer el evangelio con ojos y corazón de niño que son, en definitiva, los ojos y el corazón del Dios de los cristianos.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Música para el domingo de Pentecostés

Cristianos en Zaragoza

18 de agosto de 1936...