Lunes IV del Tiempo Ordinario

 

Espíritu inmundo, sal de este hombre
Mc 5, 1-20

    No puedo amar a Dios sin empeñar todo mi corazón en vivir para mis semejantes, sin empeñar toda mi alma en responder a todas las tendencias espirituales del mundo de hoy, sin empeñar todas mis energías al servicio de este Dios en su correlación con el hombre. 





Comentarios

Entradas populares de este blog

Música para el domingo de Pentecostés

Cristianos en Zaragoza

18 de agosto de 1936...