Domingo III del Tiempo Ordinario

 

Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.
Mc 1, 14-20

La predilección divina por los últimos, los más humildes y los más pequeños de la historia no significa que Dios opte únicamente por los pobres. El amor de Dios es universal, no exclusivo; pero sí significa que Dios concede una atención particular a los que sufren la injusticia y trata de aliviar su situación, lo cual supone además que, al amar a los opresores, los llama a convertirse. 

Elizabeth A. Johnson


Feliz domingo




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