Sábado XXXII del Tiempo Ordinario

 


Dios hará justicia a sus elegidos que claman ante él
Lc 18, 1-8

Señor, Dios misterioso, ¡te conocemos tan poco! A veces, incluso, tenemos la impresión de conocerte todavía menos.
Nos parece incluso que debemos luchar contra ti. No podemos comprenderte, no logramos entenderte.    Señor, desvela tu rostro, manifiéstanos el rostro de tu Hijo crucificado.
Haz que en este rostro podamos entender algo de los sufrimientos que se abaten sobre gran parte de la humanidad.
Haz que podamos conocerte, como tú eres verdaderamente, en tu Hijo crucificado por nosotros, en su agonía, en su muerte y en su resurrección a la vida.

Carlo Mª Martini, 1927-2012



Comentarios

Entradas populares de este blog

Va de libros

Música para el domingo de Pentecostés

Orar por los difuntos...