Martes XXXI del Tiempo Ordinario

 


Sal por los caminos y senderos, e insísteles hasta que entren y se llene mi casa
Lc 14, 15-24

Aquí me tienes, Señor, en tu mirada,
con mis errores, con todos mis lamentos;
vengo de lejos en busca de tu calma,
de una palabra que llene mi silencio.
Aquí me tienes, Señor, no tengo nada,
tal vez un beso que nadie me pidiera;
estoy cansado, mi vida se derrama.
Dame tu abrazo, Señor, dame la vida,
dame algún sueño, Señor, te necesito;
aquí me tienes buscando una salida,
algo que llene mi corazón perdido.

Fran Álvarez

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