Lunes XXXIV del Tiempo Ordinario
Vio a una viuda pobre que echaba dos monedillas
Lc 21, 1-4
Una religión que entristece y que no procura, como debiera hacerlo, que el corazón se ensanche en la alegría y la esperanza, hunde al pobre en su miseria y en sus penurias. Lo que más indigna es que se haga sufrir a otro; no hay nada más sucio que eso.
Gustavo Gutiérrez
A mi hermano en el ministerio, Borja, iau;
en el día de su cumpleaños.
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