Jueves XXXIII del Tiempo Ordinario
¡Si reconocieras lo que conduce a la paz!
Lc 19, 41-44
Haz, Señor, que te enseñe y te conozca,
como tú me conoces y me sueñas;
ilumina las sombras de mi noche,
lléname con la luz de tu presencia.
Quiero gustar la paz de tu semblante,
de tus ojos piadosos y serenos,
enlazado en la dicha y en el gozo,
encendido en la llama de tu fuego.
Me quedaré contigo en lo escondido
y escucharé la voz de tu silencio,
esa Palabra eterna pronunciada
por el Padre en la tierra y en el cielo.
Y sentado a la mesa de los hijos,
en el banquete del amor fraterno,
beberé el cáliz puro de tu gracia,
en comunión de vida y sacramento.
Juan Cuesta Poza
A mi hermano en el ministerio, Rubén, iee;
en el IV aniversario de su ordenación.
Comentarios
Publicar un comentario