Domingo XXXII del Tiempo Ordinario
¡Que llega el esposo, salid a su encuentro!
Mt 25, 1-13
Un Dios que, en la encarnación, hace solidario lo divino y lo humano; en la cruz, une sufrimiento y la promesa; en la resurrección, iguala para siempre al desfigurado y al transfigurado.
Alberto Cano
Feliz domingo
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