En aquel tiempo, Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se acercan a Jesús y le dijeron: «Maestro, queremos, nos concedas lo que te pidamos». Él les dijo: «¿Qué queréis que os conceda?». Ellos le respondieron: «Concédenos que nos sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda». Jesús les dijo: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado?». Ellos le dijeron: «Sí, podemos». Jesús les dijo: «La copa que yo voy a beber, sí la beberéis y también seréis bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado; pero, sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado».
Al oír esto los otros diez, empezaron a indignarse contra Santiago y Juan. Jesús, llamándoles, les dice: «Sabéis que los que son tenidos como jefes de las naciones, las dominan como señores absolutos y sus grandes las oprimen con su poder. Pero no ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos, que tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos».
Mc 10, 35-45
La iglesia es profética cuando renuncia a la definición que la sociedad o el mundo hacen del poder y a la forma en que se lo suele ejercer (Mt 20:20-28; 23:1-12; Mc 9:35-37; Lc 9:46-48; 22:24-27; Jn 13:12-17; Fil 2:1-11; 1 Co 1:18-31). La forma política de ejercer autoridad y de llegar a ella fue lamentablemente asimilada por los líderes religiosos del tiempo de Jesús. Jesús rechaza el modelo político para la comunidad alternativa. La iglesia es profética cuando trabaja en favor de la justicia en la sociedad. La iglesia debe renunciar a los modelos terrenales de crecimiento y éxito. Tiene que establecer un serio compromiso con los oprimidos sociales, los pobres, las víctimas de la corrupción. Debe establecer y promover relaciones y estructuras en su propia vida y práctica que desafíen a las injusticias y a la corrupción prevalecientes en la sociedad que le rodea. Santiago y Juan aprenderán todo esto en el seguimiento de las huellas de su Maestro.
Wer mich liebet, der wird mein Wort halten, BWV 74 (Quien me ama guardará mi palabra) es una cantata de iglesia escrita por Johann Sebastian Bach en Leipzig para el primer día de Pentecostés y estrenada el 20 de mayo de 1725. FELIZ DOMINGO DE PENTECOSTÉS ¡ALELUYA, ALELUYA!
Los amó hasta el extremo Jn 13, 1-15 Ruego a Dios por la condición de mis manos, para que no flaqueen sus dedos al prestar ayuda al hermano. Isabel Pavón Vergara A mis hermanas y hermanos presbíteros y pastores de todas las confesiones cristianas.
Las primicias de la esperanza Rom 8, 19-25 Dentro del Tiempo de la Creación 2024 convocamos hoy a todas las confesiones cristianas que peregrinan en Zaragoza a esta oración ecuménica por la creación y nuestra responsabilidad con ella. TODO ES GRACIA
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