En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: «Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo». Discutían entre sí los judíos y decían: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?». Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron vuestros padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre».
Jn 6, 51-58
Comer la carne/cuerpo y beber la sangre de Jesús implica abrirse al otro cuerpo, celebrar el otro cuerpo, y darse al otro cuerpo como muestra del amor de Dios que habita en todos los cuerpos. Pero para esto es justo y necesario que nuestras “liturgias des-corporizadas” y “espiritualoides” abandonen sus miedos, sus temores y sus aberrantes pretensiones de querer normar a cada cuerpo, suprimir los deseos que produce el cuerpo, y sobre todo, condenar al cuerpo que se atreve a experimentar placer y goce. Solo la persona que abrace su cuerpo y experimente placer, dolor, alegría y deseo podrá entender la propuesta revolucionaria de Jesús: “El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna” (v. 54), o como podríamos decir también: “El cuerpo que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida plena.”
De las muchas cosas estupendas que vivo cada vez que voy a Málaga a ver a la familia es conseguir que el buen pastor Rubén, de la IEE , saque tiempo para un ratico de charleta de esas en las que sales enriquecido. Y así ocurrió cuando en febrero del año pasado me deje caer un par de semanas y acepte, sin duda ninguna, el ofrecimiento de este hermano en el ministerio para ir al Rincón de la Victoria a la presentación de este libro que presentaba su autor y la Asociación Papilio . Los testimonios durísimos, más si cabe al ser reales y desconocidos a la vez sobre la trata de personas y la explotación sexual. Tras la presentación inmediatamente adquirí el ejemplar (que el autor me dedicó) y el pastor Michael me profetizo: " No podrás leerlo de un tirón, es muy duro. " Y no se equivocaba... Su autor nació en Ronda (Málaga) en 1959. Ha dedicado su carrera profesional a la ciencia. Actualmente es catedrático de Farmacología en la Facultad de Medicina de Málaga. Est
Wer mich liebet, der wird mein Wort halten, BWV 74 (Quien me ama guardará mi palabra) es una cantata de iglesia escrita por Johann Sebastian Bach en Leipzig para el primer día de Pentecostés y estrenada el 20 de mayo de 1725. FELIZ DOMINGO DE PENTECOSTÉS ¡ALELUYA, ALELUYA!
Yo sé que mi Redentor vive Job 19, 25 Convocados por el Ayuntamiento de Zaragoza hoy en el cementerio municipal de esta ciudad algunas de las confesiones cristianas hemos orado, acompañados de la alcaldesa Natalia Chueca, por las almas de todos los difuntos allí enterrados. El padre Emilio Alejandro de la Iglesia Ortodoxa Rusa, el rev. Noel Antonio de la Iglesia Española Reformada Episcopal, el padre Aurel de la Iglesia Ortodoxa Rumana, don Gonzalo y don Antonio de la Iglesia Católica Romana y un servidor. El rezo unido del Padrenuestro como signo de unidad ha sido uno de los momentos más significativos. La CAFA ha dirigido su oración con estas palabras: Dios de misericordia y amor, ponemos en tus manos amorosas a nuestros hermanos y hermanas que has llamado de esta vida a tu presencia. En esta vida les demostraste tu gran amor, y ahora que ya están libres de toda preocupación concédeles pasar con seguridad las puerta
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