Viernes XXII del Tiempo Ordinario
Les arrebatarán al esposo, entonces ayunarán
Lc 5, 33-39
Quiero proponer un brindis:
Por Dios, que está en todas partes. En las calles y en las plazas, en las encrucijadas de los caminos y en las puertas de las ciudades. En las joyas de las mujeres hermosas y en las blasfemias de los hombres. En los campanarios, en los claustros, en los sermones de los curas y en las oraciones de los niños. En las sentencias de los jueces. Y en el miedo. Y en las manos de los artistas. En el nacimiento y en el abandono de los niños. Entre las sábanas de los moribundos en las camas de los hospitales y en el patíbulo de los ajusticiados. En las súplicas de los pobres y en la caridad de los ricos. En el silencio de la noche y en el sonido de las campanas y de los órganos.
Hombres y mujeres, todo se hace en su nombre y por su voluntad.
Nada de lo humano le es ajeno. Nada de lo divino le es extraño.
Todo es Dios.
Nada de lo humano le es ajeno. Nada de lo divino le es extraño.
Todo es Dios.
De La peste (2017) Serie de televisión.
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