Lunes XXIII del Tiempo Ordinario

 

Estaban al acecho para ver si curaba en sábado
Lc 6, 6-11

Dios y Padre nuestro, danos un corazón grande, capaz de reconocer en nosotros,
todos y cada uno de tus dones.
Líbranos de la falsa humildad que nos impide descubrir en nuestra vida
la maravilla de tu acción misericordiosa.
Enséñanos a ser pequeños pero no despreciables, siervos pero no esclavos, pobres, pero verdaderos hijos tuyos, y a cantar con alegría y acción de gracias que has hecho obras grandes en nosotros
y tu nombre es santo.
Ayúdanos a cultivar con esmero todas las semillas que tu amor fecundo va sembrando
en el campo de nuestra vida, para que, gracias a la acción de tu Espíritu,
crezcan y fructifiquen al servicio de los valores del reino.

Ángel Sanz Arribas, cmf, 1931-2022






Comentarios

Entradas populares de este blog

Va de libros

Música para el domingo de Pentecostés

Orar por los difuntos...